La tecnología aplicada a la música puede aportar muchas ventajas, pero como todo, tiene sus salvedades -partimos de la acepción de tecnología moderna, de aparatos informáticos y electrónicos de composición musical-. La tecnología en la composición puede llegar a ser una fruta prohibida para el artista si éste último no es tal sino un mero operador de programas musicales. Es decir, la tecnología es cierto que facilita la llegada de medios de producción musicales a muchas personas que de otra forma no podrían realizar composiciones, ya sea por falta de tiempo para aprender a tocar un instrumento, ya sea porque no se tiene dinero para procurárselos, o ya sea simplemente porque no se tienen las aptitudes para ello.
Pero el uso que de la tecnología se haga puede variar enormemente según quien la use. Y no me refiero ya tanto a si se es profesional o si se es amateur, sino a la forma de uso. La tecnología ha dado lugar a innumerables discos que realmente no poseían ningún mérito y que lo único que hacían era usar y reusar los mismos samples, las mismas estructuras, los mismos efectos.
Creo que también es importante destacar que dicha explosión de discos mediocres no sólo tiene que ver con la tecnología sino también con el aumento de la producción discográfica de las últimas décadas, donde, primero con la generalización del cd y posteriormente con la era de la información, se ha experimentado un aumento enorme de las producciones (lo que conlleva por supuesto que aparezcan discos realmente malos que usen la tecnología).
Pero a la cuestión. El problema no es tanto de la tecnología sino de la creatividad del compositor. Alguien que sepa tocar una guitarra, un teclado y una batería ya gana más musicalmente que alguien que no sepa. El uso de la tecnología puede ser mejor o peor. Puede ser realmente malo cuando se utilizan programas como por ejemplo el Fruity Loops, o cualquier otro que aporte elementos para componer, aunque sean meros loops, o meras bases.
Pero puede usarse de forma correctísima si se emplean programas como Cubase, conectados con instrumentos analógicos, con teclados, con filtros y también con un buen sampler que permita al artista crear sus propios sonidos y luego modificarlos digitalmente. Creo que lo importante es que el artista lo cree todo y diseñe sus composiciones de una forma no reglada, de una forma que le dicte su inspiración y no unas pistas del programa musical. Que la estructura que haga no sea cuadrada sino "inspirada". Pero estoy hablando de un estudio que vale miles de euros. Entonces,¿la tecnología realmente llega a todo el mundo? ¿o sólo llega la tecnología patatera? Un buen sampler que permita CREAR vale al menos 3000 Eur.
Y respecto a la forma de crear, si se usa correctamente la tecnología no consiste en cortar y pegar sino en samplear, y someter el sonido a una serie de procesos que pueden llegar a ser muy complejos y que muchas veces consisten en verdaderos trabajos artesanos aunque se realicen con máquinas. Y en eso consistiría la originalidad y el ingenio del buen artista que use la tecnología, en trabajarse milimétricamente cada sonido que va a insertar en las pistas del programa y establecer una estructura que sea impuesta por él y que no le imponga la máquina.
Y por supuesto, reitero que si dicho artista tiene conocimientos musicales (no sólo de oído) y sabe tocar algunos instrumentos para incorporarlos a su producción, ésta no sólo gana mucho más, sino que es, a mi juicio, la mejor forma de aprovechar la tecnología y de obtener auténticas obras innovadoras que no tengan nada que ver con las mediocridades que pululan por ahí a causa de usos tecnológicos nefastos (lo que no quiere decir que no se pueda obtener una buena composición con un simple programa de estar por casa... hay personas que si bien no disponen de recursos sí disponen de una imaginación desbordante que puede llegar a dar la vuelta el fruity loops y sacar una buena composición de él sin la ayuda de grandes y caros aparatos).
Pero el uso que de la tecnología se haga puede variar enormemente según quien la use. Y no me refiero ya tanto a si se es profesional o si se es amateur, sino a la forma de uso. La tecnología ha dado lugar a innumerables discos que realmente no poseían ningún mérito y que lo único que hacían era usar y reusar los mismos samples, las mismas estructuras, los mismos efectos.
Creo que también es importante destacar que dicha explosión de discos mediocres no sólo tiene que ver con la tecnología sino también con el aumento de la producción discográfica de las últimas décadas, donde, primero con la generalización del cd y posteriormente con la era de la información, se ha experimentado un aumento enorme de las producciones (lo que conlleva por supuesto que aparezcan discos realmente malos que usen la tecnología).
Pero a la cuestión. El problema no es tanto de la tecnología sino de la creatividad del compositor. Alguien que sepa tocar una guitarra, un teclado y una batería ya gana más musicalmente que alguien que no sepa. El uso de la tecnología puede ser mejor o peor. Puede ser realmente malo cuando se utilizan programas como por ejemplo el Fruity Loops, o cualquier otro que aporte elementos para componer, aunque sean meros loops, o meras bases.
Pero puede usarse de forma correctísima si se emplean programas como Cubase, conectados con instrumentos analógicos, con teclados, con filtros y también con un buen sampler que permita al artista crear sus propios sonidos y luego modificarlos digitalmente. Creo que lo importante es que el artista lo cree todo y diseñe sus composiciones de una forma no reglada, de una forma que le dicte su inspiración y no unas pistas del programa musical. Que la estructura que haga no sea cuadrada sino "inspirada". Pero estoy hablando de un estudio que vale miles de euros. Entonces,¿la tecnología realmente llega a todo el mundo? ¿o sólo llega la tecnología patatera? Un buen sampler que permita CREAR vale al menos 3000 Eur.
Y respecto a la forma de crear, si se usa correctamente la tecnología no consiste en cortar y pegar sino en samplear, y someter el sonido a una serie de procesos que pueden llegar a ser muy complejos y que muchas veces consisten en verdaderos trabajos artesanos aunque se realicen con máquinas. Y en eso consistiría la originalidad y el ingenio del buen artista que use la tecnología, en trabajarse milimétricamente cada sonido que va a insertar en las pistas del programa y establecer una estructura que sea impuesta por él y que no le imponga la máquina.
Y por supuesto, reitero que si dicho artista tiene conocimientos musicales (no sólo de oído) y sabe tocar algunos instrumentos para incorporarlos a su producción, ésta no sólo gana mucho más, sino que es, a mi juicio, la mejor forma de aprovechar la tecnología y de obtener auténticas obras innovadoras que no tengan nada que ver con las mediocridades que pululan por ahí a causa de usos tecnológicos nefastos (lo que no quiere decir que no se pueda obtener una buena composición con un simple programa de estar por casa... hay personas que si bien no disponen de recursos sí disponen de una imaginación desbordante que puede llegar a dar la vuelta el fruity loops y sacar una buena composición de él sin la ayuda de grandes y caros aparatos).
Extraído de http://fsoto.blogspot.com
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